¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!

¡¡¡FIN DEL APARTHEID ISRAELI!!!, ¡¡¡BOYCOT A ISRAEL!!!. ¡¡¡ROMPAMOS EL BLOQUEO A GAZA!!!
Condena de los Crímenes de Lesa Humanidad y del Terrorismo Sionista, YA
Ruptura de Relaciones Diplomáticas y Comerciales con el Estado de Israel YA
Boycot, Desinversiones, Sanciones al Estado de Israel, YA

PALESTINA: PAISAJES QUE MERECEN LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO

¿QUE SENTIRIAS SI...? . UNA LLAMADA A LA EMPATIA Y COMPROMISO

¿QUE SENTIRIAS SI...? Es una Llamada a la Empatía y al Compromiso con los Pueblos Ocupados y Oprimidos, Perseguidos, Torturados, Masacrados...especialmente una Llamada a Solidarizarse Activamente con el Pueblo Palestino y con el Pueblo Saharaui...

http://impresiones-mariaje15.blogspot.com/2010/09/que-sentirias-si-una-llamada-la-empatia.html

domingo, 18 de julio de 2010

ISRAEL Y PALESTINA TRAS LOS SUCESOS DE LA FLOTILLA (III)

Israel y Palestina tras los sucesos de la Flotilla
Jack A. Smith
Activistnewsletter
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Parte III
Dos problemas para los palestinos
La dominación israelí y la falta de voluntad del gobierno derechista para comprometerse en algo son los mayores problemas a que se enfrentan los palestinos.
Pero hay otras dos grandes dificultades.
La primera es la actual desunión entre la laica ANP/OLP, de Fatah, en Cisjordania y la islámica Hamas en Gaza. Las dos partes están alejadas tanto a nivel político como geográfico, un hecho bien explotado por Tel Aviv y Washington.
El segundo problema es que los países árabes, aunque en general apoyan a los palestinos, están ellos mismos divididos y se muestran relativamente débiles, además de estar, varios de ellos, dentro de la esfera de influencia de Washington.
Israel y EEUU no reconocen ni hablan con los dirigentes de Hamas, incluido Ismail Haniyeh, que llegó a Primer Ministro tras las democráticas elecciones de enero de 2006 para formar el Consejo Legislativo de la Autoridad Nacional Palestina, que Fatah dominaba anteriormente. Hamas ganó 74 escaños frente a los 45 de Fatah en un órgano de 132 miembros. Otros cuatro partidos consiguieron los escaños restantes. La Administración Bush se unió de inmediato al gobierno de Israel para desacreditar la votación, que Jimmy Carter y otros observadores electorales habían definido como completamente honesta, y trataron de subvertir o derrocar a Hamas, con quien Israel considera que está en guerra.
Al año siguiente, como consecuencia de una virtual guerra civil entre Fatah y Hamas, el Presidente de la ANP Abbas –un antiguo dirigente de Fatah que también preside la Organización para la Liberación de Palestina- destituyó a Haniyeh como Primer Ministro. (Siempre se ha reconocido internacionalmente a la OLP, también lo hace Israel, como la “única y legítima representante del pueblo palestino”.)
El dirigente de Hamas contestó que la destitución era ilegal y continúa actuando como Primer Ministro sólo en Gaza, legalmente apoyado por el Consejo Legislativo. Abbas, quien recientemente anunció que no planea presentarse a la reelección en enero debido a la ausencia de progreso en las negociaciones con Israel, nombró a Salam Fayyad como Primer Ministro. Fayyad actúa en virtud de esa capacidad en Cisjordania, sin aprobación legislativa y presumiblemente sin autoridad legal. Está considerado como amigo de EEUU, donde vivió cuando era estudiante en la Universidad de Texas, en Austin, mientras obtenía el doctorado en Económicas, un campo donde se dice que es un gran experto.
Con el correr de los años, Israel ha ido encarcelando a docenas de los parlamentarios de Hamas, en su mayoría con acusaciones falsas.
Al menos diez parlamentarios de Hamas permanecen retenidos en las prisiones israelíes. Según un informe de fecha 29 de junio de un investigador palestino, en las veinte prisiones israelíes hay actualmente 7.300 palestinos, entre ellos diecisiete parlamentarios, dos ex ministros y unos trescientos niños.
EEUU e Israel sólo tratan con Abbas, Fayyad y el gobierno de la ANP. Son bien conscientes de que esos socios palestinos son hoy más débiles, si se considera el apoyo masivo que la organización disfrutaba cuando era dirigida por el legendario Yasser Arafat hasta su muerte acaecida hace seis años. Y el Presidente Abbas, desde luego, está más dispuesto que Hamas a hacer concesiones a Israel y EEUU.
Las razones del enfrentamiento entre las dos partes son complejas. No puede olvidarse que en los primeros años del movimiento, Israel animó el crecimiento de Hamas como alternativa al laico e izquierdista Fatah dirigido por Arafat. Fatah ha perdido los apoyos de una porción del pueblo palestino por diversas razones, y no es la menos importante las contradicciones internas, la rivalidad y la presunta corrupción dentro de la organización. Hamas ofrece un amplio y popular programa de atención social y lucha contra la corrupción y el favoritismo. En ese sentido, ha ido ganando apoyos considerables.
Para gran pesar de Tel Aviv, dadas sus primeras esperanzas, Hamas resultó estar tan dedicado a la lucha nacional como Fatah y la OLP.
Al contrario de la OLP, Hamas se niega a reconocer a Israel pero ha dejado ver que no es inflexible si se trata de llegar a un acuerdo equilibrado y sostenible. Fatah tampoco reconoce a Israel. En realidad, que un partido político “reconozca” o no a un Estado no tiene significado legal. El reconocimiento es una cuestión de estado a estado. Es bastante cierto que un eventual estado palestino supondría intercambiar mutuos reconocimientos con Israel.
En estos momentos, las dos facciones palestinas siguen siendo enemigas, aunque están de acuerdo en muchas cuestiones. Se ha sabido en estos últimos meses que ambas partes han estado considerando las condiciones para una posible reconciliación. Abbas dijo que estaba dispuesto a enviar una delegación de Fatah a Gaza para mantener conversaciones pero, al parecer, Hamas rechazó la oferta. La Liga Árabe ha estado presionando a ambas partes para que trabajen por la unidad.
Pero si el pueblo palestino quiere conseguir sus objetivos, va a ser necesaria alguna clase de unidad entre Fatah y Hamas dentro del contexto de la ANP y la OLP. La eventual necesidad puede llevarles a una relación de trabajo, especialmente si empiezan a celebrarse negociaciones serias para alcanzar un estado independiente más próximo a la realidad.

La segunda gran dificultad a que enfrentan los palestinos es la falta de unidad y objetivos en el mundo árabe. Israel ha trabajado para dividir a los palestinos. EEUU ha trabajado para dividir a los árabes o, mejor dicho, para agruparles dentro de la esfera de influencia de la superpotencia de Washington, un proceso que hasta ahora parece haber tenido éxito.
Uno de las metas principales de la estrategia de Washington es asegurar el éxito para el principal objetivo del gobierno estadounidense, que es controlar Oriente Medio. En este aspecto, parece que
EEUU quiere reducir la molestia de Israel-Palestina a proporciones manejables para asegurar Tel Aviv como sustituto de EEUU en el extremo oriental del Mediterráneo próximo al estratégico Golfo Pérsico, con sus reservas de petróleo al este, y el Norte de África, incluido el Canal de Suez, al oeste.
Discutiremos brevemente aquí la relación entre algunos estados árabes importantes y el conflicto israelo-palestino de más de seis décadas de duración.
Todos los países árabes apoyan a los palestinos a nivel retórico y algunos lo hacen materialmente también. Pero actualmente muy pocos –dos décadas después del colapso del primer proyecto socialista global que apoyaba las aspiraciones palestinas- están dispuestos a asumir riesgos políticos por la liberación nacional palestina, dada la probabilidad de incurrir en la cólera de Washington en un mundo unipolar. Sólo dos países árabes mantienen relaciones diplomáticas con Israel: Egipto y Jordania, ambos adyacentes al territorio palestino. En la mayor parte de los casos, las relaciones entre el resto de países árabes e Israel son más distantes pero no muy antagónicas.
Puede resultar de interés señalar que EEUU proporciona subvenciones anuales a los dos países árabes que reconocen a Israel. Egipto consiguió para este año 1.300 millones de dólares; la más pequeña Jordania recibe 540 millones.
Egipto es el país árabe más poderoso, con una población de unos 80 millones de habitantes, y sigue manteniendo su influencia en la región. Pero los días en los que el gobierno de El Cairo intentaba encabezar a las naciones árabes tras la bandera anticolonial y panarabista se esfumaron con los vientos del desierto de otra época, junto con la importancia de sus fuerzas militares.
El Cairo se encuentra hoy en día bien metido en la órbita de Washington y, por extensión, también en la de Tel Aviv. El régimen del Presidente Mubarak desprecia profundamente a Hamas porque está ideológicamente asociado con su principal enemigo interno, los Hermanos Musulmanes. De esa forma y manera, se ha unido al bloqueo israelí de la Gaza árabe
. Egipto no tenía más opción tras la debacle de la flotilla que la de abrir por fin el cruce de frontera de Rafah, justo antes de que Israel anunciara que iba abrir algunos de sus propios cruces como parte de una parcial suavización del bloqueo. Esos cruces son los únicos medios para que la gente o los suministros entren y salgan de Gaza. La Marina israelí mantiene la prohibición del acceso por mar.
El Presidente Mubarak tiene ya 82 años y se ha mantenido en el poder cerca de 29 años, todos ellos bajo un continuo estado de excepción que le garantiza sus extraordinarios poderes, saliendo reelegido de forma rutinaria prácticamente sin desafío alguno. La siguiente elección presidencial tendrá lugar en 2011 y aún no ha ofrecido su candidatura. Mohamed El Baradei, que se retiró el pasado año como jefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, puede aparecer como candidato. No cuenta con el favor de Washington ni de Tel Aviv, que quieren que se muestre mucho más duro con Irán. Se rumorea que Mubarak está preparando a su hijo Gamal para que le suceda en el poder. Es dudoso que la elección vaya a producir cambios en las relaciones de Egipto con Israel, pero no puede asegurarse nada.
Jordania, con su gran población Palestina, está en el bolsillo del Tío Sam porque es pequeña, débil e insegura en relación con Fatah y Hamas. El Reino Hashemita gobernante se enfrentó dramáticamente a la OLP, aplastando a los grupos combatientes palestinos en septiembre de 1970 (conocido por los palestinos como Septiembre Negro). En julio de 1971, diversas organizaciones de la OLP fueron expulsadas de Jordania, encontrando refugio muchas de ellas en el Líbano, donde se vieron de nuevo asediadas cuando Israel invadió el país en 1982. El Rey jordano Abdullah II puede estar temiendo que un vecino estado palestino laico o islámico pueda finalmente socavar la monarquía. El Rey Abdullah trabajó con Obama para desarrollar el concepto de un estado palestino sin fuerzas militares.
El reino de Arabia Saudí ha venido recibiendo la protección de EEUU desde el final de la II Guerra Mundial a cambio de un acceso sin trabas al petróleo, asegurando la supervivencia de la familia real con su particular forma de islam sunní, el wahabismo. El gobierno saudí ha ayudado a los palestinos financieramente y apoya muchas de las posiciones políticas de la OLP, pero su estrecha asociación con Washington le convierte en un amigo inconsistente de la liberación palestina. Los saudíes no tienen lazos diplomáticas formales con Israel pero la relación es cooperativa y amistosa. Un estado palestino fuerte, independiente y moderno, bien bajo el liderazgo laico de Fatah, o un gobierno islámico de un tipo sunní diferente, es problemático para la Casa de los Saud y reduce su posible apoyo.
Los países árabes del Golfo ricos en petróleo, incluyendo ahora al Iraq post-baazista (que antes de la invasión de Washington de 2003 apoyaba firmemente los objetivos palestinos), todos dan luz verde a la causa palestina pero hincan la rodilla ante el poder global de Washington.
Siria apoya fuertemente a los palestinos de muchas formas y mantiene relaciones cordiales tanto con Fatah como con Hamas, pero no puede medirse con la supremacía militar regional de Israel y la exigente presencia estadounidense, por lo que mantiene un nivel relativamente bajo. El principal interés del Presidente Bashar al-Asad está en negociar un tratado de paz con Israel que posibilite la devolución de los ocupados Altos del Golán a Siria, y en conservar su influencia histórica en el Líbano. Se opuso firmemente a la invasión israelí del Líbano en 2006 y expresó admiración por la resistencia emprendida por Hizbollah, la organización popular chií apoyada por Irán.
Sofisticado y pequeño, el Líbano ha sido demasiado a menudo el campo de batalla israelí como para que ahora se ponga a provocar la ira israelí. Sin embargo, algunos observadores creen que Israel echará mano de cualquier pretexto para invadir una vez más el país y aplastar a Hizbollah, la fuerza de defensa musulmana chií no gubernamental, tras el fracaso en cumplir este objetivo de 2006. A los militaristas israelíes todavía les escuece el fracaso en el intento de destruir a Hizbollah, que es esencial para que puedan conseguir controlar todo el Líbano. La invasión de Israel costó las vidas de 1.183 civiles libaneses, unos 4.000 heridos y alrededor de 30.000 hogares destruidos o gravemente dañados. Durante el mes de la guerra, Hizbollah lanzó hacia Israel miles de cohetes no guiados, en gran medida ineficaces pero que sirvieron para sembrar el terror, que mataron a 36 civiles. No se conoce el número de víctimas de Hizbollah. Israel perdió también 118 soldados.
El resto de los países árabes, incluidos los estados radicales de otro tiempo, como Libia, continúan apoyando las esperanzas palestinas y votan correctamente en las reuniones de la Liga Árabe, pero poco más hacen para promover su causa.

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